La
educación en México, parece ser que no tiene remedio. Hay varios círculos
viciosos en su interior que hacen prácticamente imposible su avance y por lo
tanto el del país.
Millones
y millones de pesos se invierten cada año en este rubro, y sin embargo, no se
ve ningún cambio, ¿porque es esto? Desgraciadamente no hay respuesta sencilla a
un problema lleno de aristas, vicisitudes y recovecos.
Pero
empecemos con lo más visible: el capital invertido. En este punto podríamos quejarnos
de la falta de voluntad de los gobiernos para dedicar una buena suma de dinero
que provea de la infraestructura suficiente o al menos la básica para potenciar
el buen desempeño de la educación en México. Pero el problema no va por allí. De
hecho, nuestro país es de los que más
invierte de América Latina en la educación, si bien, las cantidades no son las
óptimas, sí hay un flujo constante de recursos. ¿Entonces qué pasa? Pues que los recursos siguen dos caminos posibles,
el primero y más seguro: es que éstos caen en manos de líderes y lideresas que
diluyen el monto total dejando solo una
pequeña parte del mismo. El otro camino es que los recursos llegan a parar a la
enorme burocracia que circunda y ahorca al ámbito educativo, por lo que en
realidad -y según datos recientes de ILCE- sólo un 20% del presupuesto inicial
al rubro educativo se utiliza en la mejora, construcción o equipamiento de
escuelas, así como en la capacitación o ascenso de la vida laboral de los
docentes a lo largo y ancho de nuestro poco alfabetizado país.
Y
hablando de docentes es otro de los puntos de la película de terror en que se
ha convertido la educación mexicana. La pregunta pertinente sería: ¿Cómo
avanzar -educativamente hablando- si
contamos con hordas de maestros que no quieren aprender y en su mayoría no sabe
o no quieren enseñar?
Es
una amarga verdad que la gran mayoría de los maestros egresados de las escuelas
Normales no solamente salen pesimamente preparados, sino que además habrá que
añadir a la ecuación el hecho de que son prácticamente incultos y esto los hace
alejarse de cualquier cosa que huela a cultura, nuevas tecnologías o cualquier
actividad en la que se necesite de una
apertura mental básica.
Esto
último los hace victimas fáciles de cualquier lidersucho con buena verborrea o
inestimables contactos dentro de la base corrupta de un sindicato, sea cual sea
de la variopinta colección de agrupaciones gremiales que tenemos en nuestro
suelo patrio.
Los
acontecimientos dentro de la historia reciente, en lo que a educación se
refiere, nos hablan de grandes esfuerzos que han hecho unos pocos por enderezar
la educación mexicana, y también nos echa en cara la corrupción, la mala
organización y el poco deseo de la mayoría de las partes implicadas en dicho
problema por hacer algo por nuestro pobre país, que se desangra, expulsando a
sus mejores y más costosos hijos al extranjero en busca de mejores oportunidades,
mientras que una casta de politiquillos corruptos y cuasi humanos se apodera de
la mayoría de los recursos, ciegos totalmente a la agonía de la gallina de los
huevos de oro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario