sábado, 17 de septiembre de 2011

¿INVESTIGACIÓN? !!GUACALA Y FUCHILA¡¡



-En días recientes se ha retomado el tema de la investigación como parte del quehacer obligatorio para los alumnos de licenciatura, sin embargo, la complejidad de dicho tema siempre acaba tomando tintes de tragedia griega por cualquier frente educativo que se le tome.
        La verdad es que los colegiados nunca nos ponemos de acuerdo en el motivo por el cual los alumnos le tienen una seria aversión a todo lo que tenga por título “investigación”. Teorías van y vienen, pero siendo honestos, creo que nadie tenemos ni una pizca de idea de dónde proviene tal aversión y de cómo poder erradicarla.
        Como principio de toda investigación debe haber un cierto grado de curiosidad y ésta no se adquiere más que de forma espontánea al sentirse atraído hacia un fenómeno, o por una interrogante; pero si nuestros susodichos alumnos de licenciatura no se interesan por nada en especial, difícilmente podrán desarrollar curiosidad hacia algo y por lo tanto nunca habrá el deseo de investigar.
        Entonces, planteado de esta manera, necesitamos urgentemente que los educandos insertados en nuestra universidad tengan interés por algo, para que puedan en un futuro cercano investigarlo.
        Supongamos que dicho planteamiento sea el “Santo Grial” de la investigación en México y que haciendo de alguna mágica manera que los estudiantes se interesen por algún tema en especial, ¿podríamos hablar con seguridad de un surgimiento de la investigación dentro de la universidad? Yo creo que no, pues existen factores, tales como, que una buena parte de la enseñanza se basa en el ejemplo de los profes y catedráticos. ¿Cómo pedirles a nuestros alumnos que investiguen si nosotros no lo hacemos? Es más, no sólo no investigamos sino que tampoco escribimos más que para defendernos de cualquier cuestión burocrática con la que haya que cumplir por fuerza. Que pasa con esto último, que no nos atrevemos a mostrarles a nuestros alumnos nuestro conocimiento, impreso en hoja de papel y por lo tanto no ponemos el ejemplo, sin embargo, nos sentimos heridos y desilusionados si nuestros alumnos no lo hacen, peor aún, nosotros mismos también le tenemos cierto nivel de aversión a plasmar por escrito lo que pensamos acerca de un tema y mucho menos ponerlo a consideración de terceros.
        Parece ser que el miedo natural a la crítica no nos deja exponer libremente lo que sabemos, sin embargo lo que no tenemos en cuenta es que podemos sustentar lo que escribimos con base en lo que otras personas con un reconocimiento social y académico mejor que el nuestro escriben o han escrito, lo que nos dará un escudo natural a las criticas malintencionadas. Claro que en muchas ocasiones encontramos el exceso en el uso de ésta “ayuda” pues hay cantidades increíbles de pseudoinvestigadores que generan textos, retacados de citas variopintas y multinacionales, así como, de una carencia total de alguna aportación proveniente de su propio intelecto.
        El conocimiento es como la comida, si no se digiere no sirve de nada, y es aquí en donde tenemos que entender que podemos retacar a nuestros estudiantes de información. Sin embargo, ésta no dejará de ser eso: información, pues hasta que nuestros pupilos se apropien de ella y la puedan materializar como sustento en ideas complejas, nuestra tarea quedará incompleta.
        Claro que estoy en total acuerdo en que el cincuenta por ciento del trabajo de apropiación del conocimiento es de los alumnos y es aquí que tienen mucho que ver cuál es el plan de vida que tiene un educando o cuáles son sus expectativas para su futuro. En base a dicha formulación es que nosotros debemos de encontrar los posibles temas sobre los que se interesarían de manera que pudiesen generar mayor expectativa del alumno y así lograr el tan esperado interés que pueda potenciar que el dichoso alumno o alumnos puedan investigar.
        La investigación, como decía en líneas anteriores, debe ser espontánea y cuando ésta nace, se debe alentar y tratar de desarrollar, no obstante, los formatos rígidos en que se desenvuelve la investigación netamente académica no tiene nada que ver con las normas de investigación educativa y es por eso que no podemos ni debemos alienar las propuestas de nuestros alumnos con serias críticas acerca de si cumplen reglamentaciones del APA u otras cosas por el estilo, sino más bien allanarles un poco el camino fungiendo como faros y teniendo un papel propositivo, sin importar lo descabellado de la hipótesis o la viabilidad de la misma. Es mucho mejor que el alumno se de cuenta de la realidad por sí mismo y no cortarles las alas con burlas y tecnicismos en un afán de demostrar que nosotros somos los depositarios sagrados del conocimiento, aún cuando así sea.
        En este esfuerzo por hacer que nuestros alumnos investiguen, debemos incluir una parte lúdica, porque nadie hará nunca nada que no le guste o lo hará mal en el mejor de los casos, y al final de cuentas lo que queremos es que la investigación sea un gusto y un placer, por lo que enseñar que la investigación puede ser divertida, así como, gratificante será siempre nuestra premisa, pues los que hagan mejor una investigación serán vistos como los líderes en conocimiento dentro de su entorno estudiantil y podrán competir con los antivalores inculcados por los falsos cánones de conducta telenovelera que es la que predomina fuera de las paredes universitarias.

No hay comentarios: