sábado, 17 de septiembre de 2011

JAIME TORRES BODET HACIA EL SIGLO 21



 - Cuando las circunstancias nos llevan a reflexionar acerca de la obra de algún coterráneo, nos desconcierta el tener que situarlo en la perspectiva histórica, apenas esbozada todavía, en donde la última palabra por escribirse aun queda en una inimaginable sombra lejana.
        Como proponerse hablar de la educación en México sin hablar de Don Jaime Torres Bodet, titulo dado por el Dr. Gabriel Méndez Plancarte, en momentos en que el auge nacionalista se daba en todas sus formas.
        La cruzada nacional de alfabetización emprendida en 1944 por Don Jaime hizo ver que la educación ha de empezar por el principio, y éste es que todos los mexicanos sepan leer y escribir; tarea sin término. Don Jaime facilitó a los alfabetizados el acceso a la cultura mediante los folletos de la "Biblioteca Enciclopédica Popular", fundó el Instituto Federal de Capacitación de Maestros para resolver el problema de aquellos cuya competencia profesional no alcanzaba la altura de su abnegación, estableció organismos técnicos cuya necesidad se hacía sentir.
        Implantó el Libro de Texto Gratuito, herencia que a la fecha, las generaciones del nuevo siglo aun disfrutan y que tanto ha ayudado a la clase social más necesitada de enseñanza y estímulo.
        ¿Cómo Olvidar que en vísperas de terminar su segundo encargo como Secretario de Educación Pública fueron inaugurados el Museo de Arte Moderno y el de Antropología?
        Si realmente necesitamos un Prócer un Héroe un punto en el horizonte a seguir dentro del ámbito educativo, definitivamente es “Don Jaime”.

“México valdrá lo que valgan los hombres y las mujeres que formen su población”

        Que sabias y tristemente proféticas palabras entintó Don Jaime en sus cartas al Presidente cuando recién se estrenaba como Secretario de Educación Publica.
        Con toda la admiración y una primera cuartilla cargada de adulaciones y cebollazas, ¿me pregunto?: ¿Que habría hecho nuestro prócer de la educación Mexicana, en el ámbito tecnológico contemporáneo?, ¿Que noción del futuro podría tener en el presente Don Jaime?
        La visión de su mundo prácticamente se ha perdido en nuestros tiempos. El nacionalismo Mexicano, se ha extinguido en pos de una globalización de rostro aberrante, en donde solo se respeta las modas y barbaries sajonas.
        ¿Cómo dar la cara como maestro? Ante un Jaime Torres Bodet que poco entendería de tecnología, y que estaría en la mejor de las disposiciones de sacarle provecho, pero como primera situación; de frente se encontraría una inmensa masa de maestrillos corrompidos en su más básico sentido, que es la de portadores de conocimiento.
        A partir de que Don Jaime nos dejo, la educación ha estado sufriendo un proceso de transformación. El más significativo es el avance tecnológico en el proceso educativo. La introducción de herramientas tecnológicas puede ayudar a crear condiciones que propicien el aprendizaje significativo y permanente. En nuestro ámbito educativo el uso de dichas herramientas es incipiente e incluso se presentan situaciones en muchos casos no deseables por ejemplo el uso de la computadora solo como “procesador de textos” así como el uso de Internet esta confinado a ser una herramienta más de ocio, siendo que prácticamente todo el conocimiento humano se encuentra allí, listo para ser rescatado y puesto en practica.
        Integrar la tecnología en la educación cuesta tiempo y dinero, pero sobre todo impone exigencias a maestros y estudiantes. No se debe perder de vista que el uso de la computadora y la tecnología en general debe considerarse como una herramienta de ayuda al maestro y en ningún momento como sustituto.
        Se debe promover y estimular el uso de la tecnología en el proceso educativo teniendo en mente las posibilidades de infraestructura tecnológica con que se cuente. Es recomendable unificar el grado de conocimiento del profesor en el uso de equipos de cómputo así como otras nuevas tecnologías que ubiquen a cada profesor en un nivel mínimo deseable o en una competencia a la altura de las circunstancias.
        Uno de los grandes problemas que tiene nuestro país, no es precisamente ni de estructura, ni de orden monetario, sino peor aun, es de orden netamente social. El concepto de “Inamovilidad Humana” se da más insistentemente en el factor humano,    los profesores encargados de educar, no quieren aprender, se desligan, se enmohecen, se anquilosan y son incapaces de modificar su rutina, para dar cabida a nuevos elementos pedagógicos que estén acordes al ritmo de vida que el nuevo siglo impone.
        ¿Qué tiene de malo usar las nuevas tecnologías? ¿Son Feas, Frías, o acaso desvirtúan la escénica del maestro en el Aula?
        Si Don Jaime Torres Bodet, estuviese aquí ¿Rechazaría escribir sus poemas en un procesador de textos por miedo a que este se desvirtuara al pasar del orden físico al digital?

Se nos ha ido la tarde

en cantar una canción,

en perseguir una nube

y en deshojar una flor.

Se nos ha ido la noche

en decir una oración,

en hablar con una estrella

y en morir con una flor.

Y se nos irá la aurora

en volver a esa canción,

en perseguir otra nube

y en deshojar otra flor.

Y se nos irá la vida

sin sentir otro rumor

que el del agua de las horas

que se lleva el corazón...

        A mí, estimados y pacientes lectores, me sigue pareciendo bello aún después de haber sido capturado y convertido por un procesador de textos digital. La belleza no esta en la herramienta, pues si hay algo verdadero en nuestro caótico entorno, es que difícilmente el cambiar de pluma fuente, pudiese cambiar el resultado de un poema.
        No podemos cambiar lo fundamental, lo intrínseco de las cosas.
        Lo intrínseco de la educación es formar y ser formado, es educar y educarse, es rehacerse en el conocimiento y renacer con cada nueva forma y con cada nuevo reto.
        El reto para los maestros del nuevo siglo es que todos los alumnos deberán ser funcionalmente competentes en las tecnologías de la información al tiempo de que se deberá alcanzar un nivel básico de alfabetización de TICs (Tecnologías de la Información y Comunicaciones) para finales de segundo de secundaria. Esto consiste en tener un conocimiento general, interdisciplinario, relativamente amplio de las aplicaciones, capacidades, limitaciones, equipo, software e implicaciones sociales de las computadoras y otras tecnologías de la información.
        Pero para lograr esto ultimo, es claro que los primeros que tenemos que estar a la vanguardia somos los maestros, la revalorización de nosotros mismos ante nosotros mismos, es la piedra angular de este paradigma.
        Somos la barrera que lleva el cauce intempestuoso de la educación hacia buen fin, o sea hacia los diques de nuestros alumnos. Pero también somos la primera barrera de defensa ante la perdida de valores e identidad, ¿Quiénes somos si no sabemos de donde venimos?
        Las nuevas tecnologías no están a favor ni en contra del postulado que hago en las líneas anteriores, dado que solo son herramientas y como tales se les da el uso que cada individuo quiera darles, en el caso de una construcción curricular de nivel básico o medio se deberá de tener en cuenta el uso de las aplicaciones de computadoras como un apoyo general para mejorar el aprendizaje, aumentar la productividad, promover la creatividad , desarrollar estrategias, resolver problemas y tomar decisiones informadas usando herramientas como el procesador de palabras, la base de datos, gráficos, hoja de cálculo y otras de aplicación general así como recursos tecnológicos se integrarán a través de todo el contenido curricular.
        Definitivamente habrá que introducirnos de nariz en el pensamiento de Don Jaime para poder salir de las dudas que planteo en este texto.
        Es posible que el lector con el seño fruncido, se esté preguntando: ¿Qué diablos tienen que ver Don Jaime, quien nació a principios del siglo pasado en un día 17 de Abril de 1902, con la tecnología de este insipiente nuevo siglo? Y mi respuesta es clara:

¡Pues todo!

        Un gran hombre como lo fue Jaime Torres Bodet, polifacético, sensible, artista, sapiente y definitivamente un hombre visionario y futurista, que no se dejo arrastrar por el romanticismo casi mítico de esos años por el populismo leninista, que exhortaba a destruir para construir después, sobre las cenizas, una nueva sociedad. El pudo visualizar que México, ya había sido destruido y vuelto a destruir en incontables ocasiones, a lo largo de varios periodos Sexenales y prefirió construir sobre la base de lo que existía pues en sus propias palabras, había que labrar un futuro sobre las bases fuertes de nuestro pasado.

Como si nos hubiéramos perdido,

nuestros brazos

se buscan en la sombra... Sin embargo,

ya no nos encontramos.

        Fue un hombre que echó mano de la tecnología existente y que no dudaría en retomar las nuevas tecnologías para hacer uso de ellas dentro de los objetivos educativos nacionales.
        Es por eso que hoy existe el compromiso de llevar hasta los maestros la sapiencia del nuevo siglo y ofrecerles las mieles de un trabajo no más reducido, como pregonaba H. G. Wells, sino más fructífero.
        Es aquí que nos encontramos con que la importancia de implementar comunidades virtuales en la formación docente radica en crear nuevos ambientes de aprendizaje que le permiten al profesor tener acceso a la tecnología y utilizarla como una herramienta didáctica, que apoye a la enseñanza, contribuyendo de forma significativa al mejoramiento de su calidad y efectividad, además de proporcionar un desarrollo profesional a través del trabajo colaborativo con otros profesores.
        La formación y capacitación docente para el manejo de “Comunidades Virtuales de Aprendizaje” debe contemplar, además de la alfabetización tecnológica el acceso y manejo de la tecnología, el desarrollo de aprendizajes cooperativos y colaborativos, el acceso a foros de expresión y el abordaje de temas de actualidad e interés para el desempeño pedagógico.
        En conclusión, hoy al igual que antaño, estamos en búsqueda de la superación de nuestros maestros y alumnos para responder de forma correcta y coherente a un futuro que si bien se vislumbra incierto, aún podemos ver el camino que nos marcaron hombres como Don Jaime Torres Bodet.

(Abril del 2005)

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