- Cuando
las circunstancias nos llevan a reflexionar acerca de la obra de algún
coterráneo, nos desconcierta el tener que situarlo en la perspectiva histórica,
apenas esbozada todavía, en donde la última palabra por escribirse aun queda en
una inimaginable sombra lejana.
Como proponerse hablar de la educación
en México sin hablar de Don Jaime Torres Bodet, titulo dado por el Dr. Gabriel
Méndez Plancarte, en momentos en que el auge nacionalista se daba en todas sus
formas.
La cruzada nacional de alfabetización
emprendida en 1944 por Don Jaime hizo ver que la educación ha de empezar por el
principio, y éste es que todos los mexicanos sepan leer y escribir; tarea sin
término. Don Jaime facilitó a los alfabetizados el acceso a la cultura mediante
los folletos de la "Biblioteca Enciclopédica Popular", fundó el
Instituto Federal de Capacitación de Maestros para resolver el problema de
aquellos cuya competencia profesional no alcanzaba la altura de su abnegación,
estableció organismos técnicos cuya necesidad se hacía sentir.
Implantó el Libro de Texto Gratuito,
herencia que a la fecha, las generaciones del nuevo siglo aun disfrutan y que
tanto ha ayudado a la clase social más necesitada de enseñanza y estímulo.
¿Cómo Olvidar que en vísperas de
terminar su segundo encargo como Secretario de Educación Pública fueron
inaugurados el Museo de Arte Moderno y el de Antropología?
Si realmente necesitamos un Prócer un
Héroe un punto en el horizonte a seguir dentro del ámbito educativo,
definitivamente es “Don Jaime”.
“México
valdrá lo que valgan los hombres y las mujeres que formen su población”
Que sabias y tristemente proféticas
palabras entintó Don Jaime en sus cartas al Presidente cuando recién se
estrenaba como Secretario de Educación Publica.
Con toda la admiración y una primera
cuartilla cargada de adulaciones y cebollazas, ¿me pregunto?: ¿Que habría hecho
nuestro prócer de la educación Mexicana, en el ámbito tecnológico contemporáneo?,
¿Que noción del futuro podría tener en el presente Don Jaime?
La visión de su mundo prácticamente se
ha perdido en nuestros tiempos. El nacionalismo Mexicano, se ha extinguido en
pos de una globalización de rostro aberrante, en donde solo se respeta las
modas y barbaries sajonas.
¿Cómo dar la cara como maestro? Ante un
Jaime Torres Bodet que poco entendería de tecnología, y que estaría en la mejor
de las disposiciones de sacarle provecho, pero como primera situación; de
frente se encontraría una inmensa masa de maestrillos corrompidos en su más
básico sentido, que es la de portadores de conocimiento.
A partir de que Don Jaime nos dejo, la
educación ha estado sufriendo un proceso de transformación. El más
significativo es el avance tecnológico en el proceso educativo. La introducción
de herramientas tecnológicas puede ayudar a crear condiciones que propicien el
aprendizaje significativo y permanente. En nuestro ámbito educativo el uso de
dichas herramientas es incipiente e incluso se presentan situaciones en muchos
casos no deseables por ejemplo el uso de la computadora solo como “procesador
de textos” así como el uso de Internet esta confinado a ser una herramienta más
de ocio, siendo que prácticamente todo el conocimiento humano se encuentra
allí, listo para ser rescatado y puesto en practica.
Integrar la tecnología en la educación
cuesta tiempo y dinero, pero sobre todo impone exigencias a maestros y
estudiantes. No se debe perder de vista que el uso de la computadora y la
tecnología en general debe considerarse como una herramienta de ayuda al
maestro y en ningún momento como sustituto.
Se debe promover y estimular el uso de
la tecnología en el proceso educativo teniendo en mente las posibilidades de
infraestructura tecnológica con que se cuente. Es recomendable unificar el
grado de conocimiento del profesor en el uso de equipos de cómputo así como
otras nuevas tecnologías que ubiquen a cada profesor en un nivel mínimo
deseable o en una competencia a la altura de las circunstancias.
Uno de los grandes problemas que tiene
nuestro país, no es precisamente ni de estructura, ni de orden monetario, sino
peor aun, es de orden netamente social. El concepto de “Inamovilidad Humana” se
da más insistentemente en el factor humano, los profesores encargados de educar, no
quieren aprender, se desligan, se enmohecen, se anquilosan y son incapaces de
modificar su rutina, para dar cabida a nuevos elementos pedagógicos que estén
acordes al ritmo de vida que el nuevo siglo impone.
¿Qué tiene de malo usar las nuevas
tecnologías? ¿Son Feas, Frías, o acaso desvirtúan la escénica del maestro en el
Aula?
Si Don Jaime Torres Bodet, estuviese
aquí ¿Rechazaría escribir sus poemas en un procesador de textos por miedo a que
este se desvirtuara al pasar del orden físico al digital?
Se nos ha ido la tarde
en cantar una canción,
en perseguir una nube
y en deshojar una flor.
Se nos ha ido la noche
en decir una oración,
en hablar con una estrella
y en morir con una flor.
Y se nos irá la aurora
en volver a esa canción,
en perseguir otra nube
y en deshojar otra flor.
Y se nos irá la vida
sin sentir otro rumor
que el del agua de las horas
que se lleva el corazón...
A mí, estimados y pacientes lectores,
me sigue pareciendo bello aún después de haber sido capturado y convertido por
un procesador de textos digital. La belleza no esta en la herramienta, pues si
hay algo verdadero en nuestro caótico entorno, es que difícilmente el cambiar
de pluma fuente, pudiese cambiar el resultado de un poema.
No podemos cambiar lo fundamental, lo
intrínseco de las cosas.
Lo intrínseco de la educación es formar
y ser formado, es educar y educarse, es rehacerse en el conocimiento y renacer
con cada nueva forma y con cada nuevo reto.
El reto para los maestros del nuevo
siglo es que todos los alumnos deberán ser funcionalmente competentes en las
tecnologías de la información al tiempo de que se deberá alcanzar un nivel
básico de alfabetización de TICs (Tecnologías de la Información y
Comunicaciones) para finales de segundo de secundaria. Esto consiste en tener
un conocimiento general, interdisciplinario, relativamente amplio de las
aplicaciones, capacidades, limitaciones, equipo, software e implicaciones
sociales de las computadoras y otras tecnologías de la información.
Pero para lograr esto ultimo, es claro
que los primeros que tenemos que estar a la vanguardia somos los maestros, la
revalorización de nosotros mismos ante nosotros mismos, es la piedra angular de
este paradigma.
Somos la barrera que lleva el cauce
intempestuoso de la educación hacia buen fin, o sea hacia los diques de
nuestros alumnos. Pero también somos la primera barrera de defensa ante la
perdida de valores e identidad, ¿Quiénes somos si no sabemos de donde venimos?
Las nuevas tecnologías no están a favor
ni en contra del postulado que hago en las líneas anteriores, dado que solo son
herramientas y como tales se les da el uso que cada individuo quiera darles, en
el caso de una construcción curricular de nivel básico o medio se deberá de
tener en cuenta el uso de las aplicaciones de computadoras como un apoyo
general para mejorar el aprendizaje, aumentar la productividad, promover la
creatividad , desarrollar estrategias, resolver problemas y tomar decisiones
informadas usando herramientas como el procesador de palabras, la base de
datos, gráficos, hoja de cálculo y otras de aplicación general así como
recursos tecnológicos se integrarán a través de todo el contenido curricular.
Definitivamente habrá que introducirnos
de nariz en el pensamiento de Don Jaime para poder salir de las dudas que
planteo en este texto.
Es posible que el lector con el seño
fruncido, se esté preguntando: ¿Qué diablos tienen que ver Don Jaime, quien
nació a principios del siglo pasado en un día 17 de Abril de 1902, con la
tecnología de este insipiente nuevo siglo? Y mi respuesta es clara:
¡Pues
todo!
Un gran hombre como lo fue Jaime Torres
Bodet, polifacético, sensible, artista, sapiente y definitivamente un hombre
visionario y futurista, que no se dejo arrastrar por el romanticismo casi
mítico de esos años por el populismo leninista, que exhortaba a destruir para
construir después, sobre las cenizas, una nueva sociedad. El pudo visualizar
que México, ya había sido destruido y vuelto a destruir en incontables
ocasiones, a lo largo de varios periodos Sexenales y prefirió construir sobre
la base de lo que existía pues en sus propias palabras, había que labrar un futuro
sobre las bases fuertes de nuestro pasado.
Como si nos hubiéramos
perdido,
nuestros brazos
se buscan en la sombra... Sin
embargo,
ya no nos encontramos.
Fue un hombre que echó mano de la
tecnología existente y que no dudaría en retomar las nuevas tecnologías para
hacer uso de ellas dentro de los objetivos educativos nacionales.
Es por eso que hoy existe el compromiso
de llevar hasta los maestros la sapiencia del nuevo siglo y ofrecerles las
mieles de un trabajo no más reducido, como pregonaba H. G. Wells, sino más
fructífero.
Es aquí que nos encontramos con que la
importancia de implementar comunidades virtuales en la formación docente radica
en crear nuevos ambientes de aprendizaje que le permiten al profesor tener
acceso a la tecnología y utilizarla como una herramienta didáctica, que apoye a
la enseñanza, contribuyendo de forma significativa al mejoramiento de su
calidad y efectividad, además de proporcionar un desarrollo profesional a
través del trabajo colaborativo con otros profesores.
La formación y capacitación docente
para el manejo de “Comunidades Virtuales de Aprendizaje” debe contemplar,
además de la alfabetización tecnológica el acceso y manejo de la tecnología, el
desarrollo de aprendizajes cooperativos y colaborativos, el acceso a foros de
expresión y el abordaje de temas de actualidad e interés para el desempeño
pedagógico.
En conclusión, hoy al igual que antaño,
estamos en búsqueda de la superación de nuestros maestros y alumnos para
responder de forma correcta y coherente a un futuro que si bien se vislumbra
incierto, aún podemos ver el camino que nos marcaron hombres como Don Jaime
Torres Bodet.
(Abril del 2005)
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